1 abr 2007

"Aparte de la expresión neutral que tenía cuando estaba sola, la señora Freeman tenía otras dos, una ansiosa y la otra contrariada, que usaba en todas sus relaciones humanas. Su expresión ansiosa era firme y fuerte como la lenta marcha de un camión pesado. Sus ojos jamás viraban bruscamente a la derecha o a la izquierda, sino que giraban cuando el piso giraba, como si siguieran una línea amarilla pintada en el centro. Raras veces usaba la otra expresión porque no necesitaba retractarse a menudo, pero cuando lo hacía, su rostro se detenía en seco, había un movimiento casi imperceptible en sus negros ojos, durante el cual parecían retroceder, y entonces quien la veía se daba cuenta de que la señora Freeman, aun cuando estaba allí, tan real como los sacos de grano apilados, estaba ausente en espíritu. Intentar comunicarse con ella cuando esto sucedía era algo de lo que la señora Hopewell ya había desistido."

Así empieza "La buena gente del campo" de Flannery O´connor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

(vaya pues de puro contenta con el libro de los cuentos completos, edición de Lumen, joyita)

Dante Bertini dijo...

quelle tristesse...todavía no ha llegado nada, y si lo mandaste a la calle escudellers ¡¡¡me rompieron el buzón los muy malditos!!!

diana bz dijo...

... oiga, cacho de pan, creo que discó mal el número, ¿puede ser?...